Trabajando en un proyecto importante y recibes una notificación en tu teléfono, la revisas y luego vuelves al proyecto. Más tarde, un ruido en la calle llama tu atención, y miras por la ventana. Una vez que tu curiosidad pasa, vuelves al trabajo. Tal vez encuentres estos momentos de distracción molestos, pero en realidad no son necesariamente problemáticos y son completamente naturales.
El cerebro humano ha sido entrenado durante milenios para prestar atención al entorno, no solo a lo que está justo frente a él. Esto es lo que mantuvo vivos a nuestros antepasados cuando estaban rodeados de amenazas mientras realizaban sus actividades diarias. Sin embargo, no todo es perfecto; la distracción excesiva puede perjudicar otras funciones, como el aprendizaje.
Para obtener más información sobre este tema, mira el video a continuación. Aclamado como el mejor carterista del mundo, Apollo Robbins estudia las complejidades del comportamiento humano. Robbins demuestra ante la audiencia de TEDGlobal 2013 cómo las fallas en nuestra percepción le permiten robar una cartera y colocarla en el hombro del propietario.
A menudo, tener una perspectiva a futuro sobre una actividad o proyecto puede ayudarte a mantener el enfoque en su realización. Para ello, crea un cronograma realista, es decir, cómo se llevará a cabo esta actividad a lo largo de un período de tiempo definido y alcanzable.
Una forma de crear un cronograma realista es estimar la duración de la tarea en función de las horas diarias que dedicas al proyecto. Pero recuerda que no trabajas al 100% del tiempo en las tareas del proyecto. Otras actividades consumen tiempo, como asistir a reuniones, completar registros de horas, entrenamientos o días libres. Incluso caminar por la empresa o usar el ascensor consume tiempo de trabajo.
Haz tu mejor esfuerzo para estimar la cantidad real de horas de trabajo que podrás dedicar a esta actividad. Una planificación bien hecha previene la frustración y los cambios de enfoque en el proyecto.